Hay personas que van dejando una huella inolvidable a su paso por la vida; mi abuela: Elsa Medina de Zarama una mujer ejemplar de valores arraigados, y con un corazón tan trasparente como su alma. Su historia empieza el 7 de junio de 1930 en el hogar de Jorge Medina y Lucila Ordoñez siendo la sexta de once hermanos, con los que le encantaba jugar; en aquella casa de San Andrés trascurrió la infancia de esta niña tan soñadora y que siempre tuvo gran inclinación por la poesía, en el colegio de las Bethlemitas les escribía las cartas, poemas de amor que sus amigas les mandaban a sus novios, participo en todos los dramas, contó relatos, cuentos, acrosticos; colaboro en un concurso que se hacia a nivel de colegios con un discurso para el día de las banderas y fue la ganadora recibiendo una medalla y el derecho a decirlo en la plaza de Nariño, desde ese momento su vida fue diferente porque se dio cuenta que escribir era su gran pasión y que eso era lo que quería hacer por el resto de su vida. Entonces empieza a escribirle al amor, a la vida, al dolor, y a la ilusión.

Termino el colegio a sus diez y seis años; más tarde entra a estudiar a la escuela Remington mecanografía y taquigrafía y por cosas del destino tiene la oportunidad de entrar a trabajar al Concejo Municipal en el año de 1947, año que jamás se borrara de su memoria porque conoció a su gran amor Guillermo Zarama Bucheli él era el jefe de impuestos, siempre asistían a las mismas reuniones y así fue como se conocieron; hay quienes dicen que no existe el amor a primera vista pero con ellos fue distinto tan solo basto verse para sentir que estaban enamorados, duraron un año de novios y se casaron cuando ella tenia diez y nueve años y el diez años más pero eso no les importo. Se retiro de su trabajo para dedicarse al hogar y a sus tres hijos Alvaró, Bertha y Elsa junto a ellos y a su esposo pasó los mejores años de su vida; inolvidables esos momentos, lo dice con tanta alegria que casi es indescriptible y pareciera trasladarse a ese momento. Una de las cosas que más recuerda son las largas temperadas de uno o dos meses en la finca que tenían en el Ingenio; una de sus mayores satisfacciones fue cuando su hijo Álvaro fue gobernador de Nariño, lo dice con mucha emoción.

Pero también la vida le deparo muchas lágrimas de dolor al perder a su hija Bertha cuando era muy niña; quien en vida le dio muchas satisfacciones como ser la mejor bachiller del colegio las Franciscanas y mientras que pudo siguió sus pasos porque también le gustaba escribir. Pero eso no fue todo sufrió con valor un golpe que le dio la vida, a sus sesenta años le dio trombosis quedando paralizado el lado derecho de su cuerpo, su recuperación fue larga y difícil pero siempre tuvo la fe y el optimismo de salir adelante con la ayuda de su familia. Su vida siguió tranquila al lado de sus seres queridos, se reunía con sus amigas en su casa hacer tertulias y a pesar de la dificultad que tenia al caminar no se perdía las obras en el Teatro Imperial, el pan de la cafetería Elite o ir al Hotel el pacifico. Y su sueño de escribir siempre estuvo ahí latente como su corazón; fue escogida para ser parte del libro Valores Femeninos de Colombia una recopilación de todas las poetisas de Colombia y escribió un libro llamado “Voces de Angustia” en mayo de 1962.

Quiero citar un pedazo de la introducción de este libro que me gusta mucho: libro de viejas poesías, tu encierras en tus paginas dolientes la dulce embriaguez de un canto entretejido con lagrimas y sombras en noches de recuerdo. Tus paginas encierran el misterio de un dolor hecho canción y sangre en nuestras venas; viejos versos impregnados de azules lejanías y atados a mi vida con el dulce recuerdo de las cosas idas, viejos versos envueltos en la blanca plegaria de un dolor hecho canción. Voces de Angustia lamentos del corazón, plegaria del dolor y del recuerdo envuelta en la fría tristeza de la vida.

Hoy vive su vida con alegría y tranquilidad al lado de sus nietos, aunque el amor de su vida, mi querido abuelo, murio hace cinco años pero fue algo que asumio con mucha valentia y como dice ella hasta que la muerte nos separo después de 55 años de casados...Este es un retazo de la linda historia de mi gran ejemplo: Mi abuela.